I
y todopoderoso dios google se buscó a sí mismo
para contrarrestar su falta de fe en el hombre
y vio decrecer su autoestima
al tiempo que constataba que su existencia
no era sino un libro de arena
cuyas páginas expiraban al son de cada visita
y añoró con infinita nostalgia
aquellos tiempos en los que la realidad
superaba a la fricción del ser
contra las erosionadas mejillas de la nada
II
entre manidas revistas el sexo
era la rutina del movimiento sumiso,
silencio doméstico
de un dios menor
entre páginas webs el sexo
es fuego suicida que se reinventa a cada instante,
clamor doméstico
de un dios omnipresente
III
de qué correos me hablas,
yo sólo soy tu correligionario:
un reo en compañía de otros reos,
cuya correa les permite
no caer corriendo
en un buzón sin fondo
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